La bebida de cacao ha sido venerada en diferentes culturas a lo largo del continente.
Bogotá, 12 de diciembre de 2022. En medio de fuertes lluvias llegó la Navidad para acercar a los colombianos alrededor de un chocolate caliente. Esta bebida, proveniente del fruto del cacao, ha sido por muchos años un motivo de celebración y de encuentro para las familias en el país. Aunque sus preparaciones varían por departamento, el chocolate caliente se disfruta tanto en las regiones tropicales y a nivel del mar como en el altiplano y en regiones más frías.
No es para menos: desde antes de la colonización, la bebida de cacao era venerada en diferentes culturas indígenas a lo largo del continente. Por sus propiedades revitalizantes, se utilizó en brebajes que llegaron a ser considerados como bebidas de los dioses.
Dada la importancia de este fruto, a través del programa Cacao para la Vida: más bosques en la Amazonía, en Colombia se busca consolidar una cadena de valor del cacao resiliente, transparente y libre de deforestación que garantice el bienestar de las familias cacaoteras del piedemonte amazónico.
Un claro ejemplo de ello se evidencia en fincas productoras como Santa Rosa, en San José del Fragua (Caquetá) perteneciente a la Asociación Asocasan, que pasó de cultivar coca a tener seis hectáreas de cacao en sistema agroforestal, en proceso de certificarse como producción orgánica y que cuenta hoy con el sello Amigos del Jaguar, que busca proteger a este felino y a la biodiversidad de esta zona del piedemonte amazónico.
Uno de sus propietarios es Berley Sánchez Criollo, quien resalta que este fruto les ha dado la oportunidad de reunirse y de tener un trabajo que además de generar ingresos económicos trae paz y tranquilidad. Para él, “el chocolate caliente es ese sinónimo de unidad y de asociatividad, esa unidad que ha generado en nosotros el cacao. Significa tener los sueños de las familias que están apostando a la protección del medio ambiente. Cuando disfruto de un buen chocolate caliente pienso que mi asociación (Asoacasan) es la oportunidad para que 65 familias que han cambiado los cultivos ilícitos por cacao puedan mejorar su calidad de vida”.
Como la de Berley, hay 3000 familias en los departamentos de Caquetá, Putumayo y Guaviare que están implementando un modelo de negocio sostenible y mejorando sus medios de vida a través del cacao. Son ellos los que invitan a los colombianos a disfrutar del chocolate colombiano en esta Navidad: un chocolate caliente que brinde a los colombianos calor, energía y sosiego.
“Esta bebida proviene del trabajo de muchas familias cacaoteras que se esfuerzan en producir un cacao sostenible, que cuide los suelos, no deforeste y se destaque por sus propiedades de sabor y aroma”, concluye Wendy Arenas, directora de la organización Alisos.
Cacao para la vida
Cacao para la vida es un programa de Cacao, Bosques & Paz (CB&P), que es una iniciativa público – privada que tiene como objetivo promover modelos agroforestales de cacao que cierren la frontera agropecuaria, protejan los sistemas estratégicos, den un uso adecuado al suelo y ayuden a la implementación del acuerdo de paz. Esta iniciativa cuenta con más de 20 adherentes incluyendo al Gobierno de Colombia, a la cooperación internacional, a más del 90% de la industria, a la Federación y asociaciones productoras de cacao y organizaciones de la sociedad civil. CB&P es parte de la Alianza de Bosques Tropicales -TFA, Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo – FOLU y la iniciativa Cacao y bosques (CFI) de la World Cocoa Foundation.